Para la realización de un deslinde se cita a todos los propietarios afectados. Se recorre con ellos las fincas de su propiedad marcándose sobre el terreno los linderos de las mismas, en base a sus indicaciones, comprobando con ellos los límites fijados en las escrituras y en las notas simples, mediando en caso de discrepancia para facilitar que lleguen a un acuerdo sobre la ubicación de las lindes más conflictivas.

En base a ello se firma un “acta de deslinde” en la que los propietarios muestran su conformidad con los limites establecidos en el campo, dejando en el sitio estacas o hitos para que se pueda comprobar en caso de controversia posterior, el deslinde practicado. Son clientes: agricultores, comunidades de regantes, empresas, particulares, instituciones públicas, juntas de compensación.